jueves, 23 de abril de 2015

El sexo y la fisioterapia (I) -> Ahora sí

Ahora sí, tras nuestro provocador primer post en el que mucho prometíamos y poco dábamos, vamos a empezar a encarar este tema con absoluta franqueza, transparencia y sinceridad posible. Sinceridad con nosotros mismos y sinceridad con nuestro entorno. Y es que al fin y al cabo seguimos siendo seres humanos, esto es, animales también, y eso implica un gusto implícito por lo carnal en la mayoría de los casos. Y tiene la profesión del fisioterapeuta algo más carnal que la propia profesión del carnicero, del sexólogo o de casi cualquier profesión que exista.

Tiene una peculiaridad esta profesión que la sitúa por encima del resto en cuanto a las relaciones humanas se refieren, la barrera del contacto manual se rompe de manera inmediata y casi sin preámbulos, muchas veces en la primera cita. El paciente acude al fisioterapeuta desesperado para solucionar un problema de salud, un dolor, una limitación funcional...y cuando quiere darse cuenta se encuentra frente a una persona que media hora antes no conocía, en la que tiene que confiar plenamente y que encima...¡le está tocando! Según los expertos la ruptura de esta barrera del contacto físico  trae de la mano varias sensaciones que influyen sobretodo en la percepción que tiene la otra persona de nosotros. Contacto físico y lenguaje corporal sirven para demostrar el interés sin palabras, para la atracción, la dominancia sutil, generar una complicidad y abrir la puerta al terreno sexual.


Sin embargo a los fisioterapeutas no se nos alerta de esto. Somos profesionales y trabajamos desde la profesionalidad, pero negar la condición humana es...¡inhumano!, valga la redundancia. Podemos derretir emocionalmente a una persona con las manos y obtener mejores resultados que con la mejor de las técnicas aplicadas y sin embargo no usamos esto a nuestro favor en la mayoría de los casos, pues siendo una profesión que consigue mayores sinceridades en el alma que la propia de psicólogos, dejamos que estas escapen sin entender su buena poesía. El éxito del buen fisioterapeuta, para nosotros, se basa en analizar y comprender bien lo que supone derribar esta barrera. Saber manejarse a la perfección con ella es muy interesante, puesto que abre también otros caminos inexplorados antes en los que a veces no hay vuelta atrás.





Y es aquí donde brota uno de esos caminos, el de la sexualidad y el sexo en la fisioterapia. El contacto de la piel con la piel es tan primitivo como el ser humano y tan necesario como la propia alimentación.Por suerte, aquí comienza nuestra profesión.

2 comentarios:

  1. Me encanta mi fisioterapeuta porque es natural y simpático, puedes ser profesional y tener empatía sin tener que estar distante. Le pongo un sobresaliente.

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  2. Hace 3 semanas acudí por primera vez a una clínica de fisioterapia por dolor en el nervio ciático. Me atendió un hombre joven de trato cercano y natural. Superado el primer contacto físico confieso que quedé muy sorprendido por sentir una gran bienestar físico y emocional. Continúo en tratamiento y reconozco que además de recuperarme me gusta abandonarme en sus manos y lo disfruto.No quiero ni cuestionarme lo que me ocurre, lo acepto y ya está.

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