viernes, 9 de octubre de 2015

Las distintas generaciones de fisioterapeutas: ATS con diploma de fisioterapia

Decíamos que en 1957 (o antes) un  ayudante de rayos de Murcia se planteó la posibilidad de la existencia de una profesión llamada fisioterapia, ''para todo este tema de la rehabilitación de pacientes, los masajes y to' eso''. A través del decreto de 26 de Julio de 1957  se regula esta formación, apareciendo primero la denominación de ayudante de fisioterapia mediante la orden de 11 de abril de 1964 y posteriormente el ''diploma de fisioterapeuta'' en virtud de la orden del 19 de agosto de 1971 (aquel verano sí se trabajó en España). Todo este entuerto se resuelve diciendo que todos ellos debían ser ATS de base y cursar la formación general de esta profesión, antes de poder acceder a su ''especialidad''. Hablamos ahora de la generación que aún a día de hoy pervive en hospitales, antiguos ATS que pasaron quizá por el último trámite (se especializaron antes de 1982) y fueron automáticamente reconvertidos a fisio mediante Orden de 28 de mayo de 1986 sobre convalidación y adaptación de la especialidad de Fisioterapia para ATS por el titulo de estudios correspondientes a las Escuelas Universitarias de Fisioterapia, realizando para ello una justificación de su experiencia profesional como ''fisios'' o, en su defecto, un trabajito, como en los coles de pago.




Morimos de ganas por conocer a alguno de esos ''ATS diploma de Fisioterapeuta'' que se convirtió en diplomado en Fisioterapia mediante la realización de ese trabajillo, sobretodo por saber si realmente cree que alguien lo leyó (había que entregarlo en la UNED, según reza la órden) y si cree que iban a suspenderle o algo. En este país hubo que hacer muchas amnistías y sobretodo, como es tipical spanish, muchas chapuzas adaptativas que beneficiaron mucho a algunas personas. Sorprende y recomendamos el resumen que sobre esto hace el Colexio Oficial de Fisioterapeutas de Galicia, explicando el origen de alguno de estos males endémicos que padecemos.


Bueno, al ajo. Tenemos a este generación como unos auténticos privilegiados. En una época en la que trabajar para lo público era posible en España, los hijos de la transición vieron remodelar los cimientos de la profesión y se arrimaron en todo momento al sol que mas alumbraba. Fueron ellos los que comenzaron a sentirse distintos a sus compañeros, los simples y llanos ATS (enfermeros de antes) que eran poco más que el vulgo, la masa, la muchedumbre indeterminada. Ellos se sentían fisios y así quisieron hacerlo notar. Su lucha fue interesante, pero su rango de ATS les hacía sucumbir constantemente como colectivo, subordinados y supeditados, como siempre, a la malévola figura del MÉDICO REHABILITADOR, ese opresor de su creatividad y criterio fisioterapéutico. Hablamos de los tiempos en los que aún no existía el ejercicio privado, salvo el propio de algunos practicantes, y el arsenal de técnicas y recursos estos profesionales pasaba por la más clásica de las cinesiterapias, ¡la hidroterapia!, la electroterapia y una complicada jaula que no comprendía ni la madre que la parió.


Con todo este caldo de cultivo y con todo por hacerse en un país que luchaba por sus libertades, esta generación se sumó al carro de los tiempos y, camuflados como viejos rockeros entre la Movida y el aceite de colza, se fueron ofreciendo generosamente para los distintos PUESTAZOS que iban saliendo casi de saldo.

- Oye, que vamos a hacer una escuela universitaria aquí al ladito del hospital. Harán falta profesores, jefes de departamento. Pagan una pasta - ¡TODOS PA YA!

- ¿Os apetece dar clasecitas a los futuros fisios aunque no sepáis mucho?
- ¿DÓNDE FIRMO?

- Vaya, vamos a tener que poner una figura de coordinación de fisioterapeutas que...
- ¡SERÉ YO!

- Resulta que se abre una nueva área de rehabilitación en el hospital de...
- ¡ESE PA MI!

Y así fue. Figuraron como todo lo que podían ser. Eran ''los mayores'' de la profesión, los que estaban antes, los que tenían los cargos que eran necesarios, los que percibían sueldos que eran dignos, con mucha antigüedad, y las situaciones laborales que eran normales para cualquiera (más o menos lo mismo que hoy en día, como veis). Además ya no eran ATS, no tenían que hacer guardias ni trabajar fines de semana. ¡Todo ventajas! Todas, salvo que trabajaban con camillas rígidas que no regulaban su altura (pobres espaldas).Nos enseñaron a trabajar a su modo, viejuno y encriptado en la mayoría de los casos, sin la mínima intención de actualizarse. Nos supervisaron las prácticas sin entender lo que llegaba nuevo de la universidad y reflejábamos en los registros, y nos metieron en uno de los grandes problemas de la fisioterapia hoy en día: el médico rehabilitador.



Hace poco vi jubilarse a una, ya cada vez quedan menos... Le interesaba el futuro de la profesión lo mismo que a mí el taxidermismo. Vivía tranquila y cómoda en su hospital, llegaba tarde siempre y trataba a los pacientes mediante los ojos, porque tocarles no les tocaba ni con un palo. Eso sí, en su corazón se había forjado a hierro la palabra FISIOTERAPIA.



1 comentario:

  1. Los dinosaurios siguen campando a sus anchas.No tocan al paciente y sus intereses son no cumplir horarios y la nómina. El gimnasio es suyo.Sinceramente, espero su extinción.Más con lo que he visto hacer.

    ResponderEliminar